6 de junio de 2012

La Citée - La Ciudadela de Carcasona

La Ciudadela de Carcasona es conocida ante todo por ser una ciudad medieval fortificada; pero este mascarón rocoso viene estando ocupado por el hombre desde el siglo VI antes de JC, primero bajo la forma de un enclave galo y, después, de una ciudad romana dotada de murallas a partir de los siglos III a IV de nuestra era.
vistas de las dos murallas
 
En la cara oeste de esta fortificación primitiva se apoya el castillo construido en el siglo XII por los vizcondes de Trencavel. A principios del siglo XIII, Carcasona fue tomada por Simon de Montfort con motivo de la cruzada albigense, para ser anexionada luego a los dominios reales. Los trabajos de fortificación se prolongaron a lo largo de todo el siglo XIII con la construcción del cinturón exterior y la modernización de la muralla interior; con ello se convirtió la plaza en una fortaleza inexpugnable.
Pierde su importancia estratégica después de firmarse el Tratado de los Pirineos en 1659. En la segunda mitad del siglo XIX fue objeto de un enorme esfuerzo de restauración bajo la dirección de Eugène Viollet-le-Duc; después ha sido inscrita por la UNESCO en su lista del Patrimonio Mundial.


A continuación veréis el recorrido por fuera y por dentro del recinto echo por la mañana, tarde y noche para ver la diferentes luces y vistas de esta enorme Ciudadela.

La Citée al atardecer
   
Nada más entrar la belleza del lugar aumenta si cabe, ya que nos encontramos con un sitio repleto de callejuelas empedradas con cientos de tiendas a los lados. La arquitectura de todos los edificios es toda igual, de piedra. Si paseamos por las calles nos vamos a encontrar con numerosos restaurantes que poseen terracitas encantadoras y que suelen tener mesas adornadas con velas, así que todos los enamorados se vuelven locos en este lugar.
Hay numerosas placitas muy cuidadas y con un gran encanto y la mayoría de las calles nos llevan hasta los alrededores internos de las murallas. Aquí los paseos son maravillosos, sobre todo porque se puede ir rodeando la muralla y disfrutando al mismo tiempo de unas vistas colosales.
La fortificación de Carcasona consiste exactamente en un anillo doble de murallas que cuenta con 53 torres.
Es una ciudad indescriptible que permite que el visitante se traslade a otro siglo y pueda imaginar cómo era la vida hace más de 800 años.
Pero Carcasona no siempre ha estado tan bien cuidada, la parte fortificada llegó a estar tan deteriorada que el estado francés consideró seriamente derruir las murallas. Afortunadamente, finalmente se optó por redactar un decreto oficiial en 1849 a través del cual se realizó una rehabilitación intensa de la fortaleza para que pudiera ser Monumento Histórico.
Personalmente me fascina este lugar. Me gusta tanto que se ha convertido en un punto de parada casi obligatorio cada vez que hacemos algún viaje por Europa y nos pilla de paso. No sólo merece la pena por lo que es, también por la gente que puedes encontrar allí, ya que está repleto de bohemios y artistas que están encantados de charlar contigo y contarte su vida.